Después de una tormenta de lluvia y viento que paralizó Puerto Rico, islita del caribe, pude dirigirme a mi trabajo en el pueblo de Toa Baja. Conducía por una de las carreteras que va a lo largo de la isla de Puerto Rico, el expreso de Diego. De pronto siento un ruido y veo una avalancha de tierra que se desprendía de un mogote (montaña pequeña) cubriendo el carril derecho del expreso. Llenando todo completamente de lodo y fango, incluyendo un automóvil. Me quede sorprendido cuando veo que salta una perra negra que empieza a escarbar, mientras su cachorro observaba. Escarbaba con tanta rapidez que pudo hacer un hoyo suficientemente profundo para todos los que estábamos en ese lugar nos pusiéramos a trabajar rescatando a los desafortunados habitantes del auto sepultado bajo lodo.
A través de la ventana trasera del automóvil había una niña llorando a la vez que nos hacia señas. Sus padres estaban inconscientes en los asientos del frente. Al remover el fango pudimos sacar del auto a esta familia. La niña se abrazó a mí y me dijo; – me llamo Miosotis y mis padres son José y María –
Gracias a esta perra, pudimos salvar a esta familia. Los padres de la niña tenían pequeñas heridas y la ambulancia de carreteras se los llevó al hospital más cercano. En el cielo volando pasaba una cotorra nativa que chirriando decía; – buen trabajo Lulú – (more…)
En un fantástico y selvático lugar de Las Amazonas, había un cerro alto de color rojizo. Vivian unos indios gigantes llamados guacamayos, eran llamados así igual que los loros. La tierra del cerro tenía sal y los indios la usaban en la preparación de sus alimentos y comidas. Es por eso que tenían la piel rojiza con líneas anchas de color amarillo intenso.
Cerca al rio, ellos tenían unos vecinos que vivían debajo de las cataratas de una cascada de agua. Eran enanitos de color verde, feroces guerreros, agiles e ingeniosos de piel escamosa. Los enanitos cultivaban toda clase de plantas y se alimentaban de las hojas. Así adquirían el color verdoso de su piel. Los enanitos tenían a unos indios guacamayos como esclavos para hacer trabajos más fuertes de lo que ellos podían hacer. Los indios esclavos trabajaban fundiendo la tierra roja para convertirla en cobre y hacer herramientas de labranza y flechas para usarlas en guerras con sus vecinos cercanos.
Un día el jefe indio, llamado Karabao, reunió a sus tribus de gigantes y les dijo;
– Hermanos guacamayos, yo soy Karabao jefe de gran parte de las tribus que existen en Mato Grosso. Los he reunido aquí para ver cómo podemos lograr la paz con estos seres que a pesar de su pequeñez son muy inteligentes. Ustedes viven aquí. Tienen alimentos en abundancia en los árboles gigantescos. Sus viviendas las fabrican usando la madera de estos árboles pero nosotros no hemos desarrollado la agricultura como lo han hecho los enanitos.
– Debemos unirnos y usar nuestras ondas para destruirlos. Estamos cansados de que nos esclavicen – dijo Ucayal, sacerdote guacamayo
– Los enanitos verdes nos están dando una enseñanza para proteger la selva que ustedes están destruyendo.
– Reúnanse con el jefe de los enanitos. Yo hablaré de paz. Yo Karabao, jefe de la selva y de todos los seres vivos, me reuniré con ellos cerca de las cataratas donde nace el arco iris, dónde resplandece el Sol y la bruma se aleja. Cerca a un follaje hermoso donde estará presente ese día, el Dios de la vida.
Un representante de los guacamayos fue a comunicarles a los enanitos verdes que el Dios guaraní había encargado a su hijo que nos reuniéramos y tratáramos de lograr la paz. Dijo Asuán representante de los guacamayos.
– No queremos unirnos a ellos – dijo Guájara, el rey de los enanitos verdes
Al enterarse en esta actitud rebelde del rey, Karabao decidió eliminarlos. Desvió el rio para que las aguas no llegasen hasta las cataratas. Cuando los enanitos verdes notaron que las cataratas desaprecian y el agua no caía, empezaron a tener calor en las cavernas. Empezaron a correr por todas partes de la selva pidiendo a sus Dioses que los ayudaran.
Los indios guacamayos los aprisionaron y pensaban acabar con ellos.
– Ya ustedes eliminaron el cauce de los ríos. Las cataratas y los canales que nosotros hicimos para irrigar las tierras. Pronto la tierra roja se secara, los arboles inmensos se morirán y ustedes también se irán y no habrá evaporación ni nubes que nos den lluvia. Los animales de la selva también sufrirán – les dijo el rey Guájara. Nosotros reconocemos porque teníamos tanta riqueza. Éramos más superiores que ustedes en conocimiento y en creatividad. Pero si les enseñamos a ustedes como cultivar la tierra, como saber darle buen uso a los arboles, las aguas la lluvia y el viento, ¿ustedes nos dejaran libres? –
Hace muchos años en una alta montaña, había un volcán llamado el Misti. En los valles que habían al derredor del volcán los nativos habían sembrado muchos árboles frutales y habían fabricado parques y escuelas para niños que gozaban de este ambiente. Las mariposas revoloteaban por esta alta montaña.
Los siervos y las ardillas saltaban y corrían con alegría por entre las flores y los arbustos. En todas partes había felicidad. La alegría de estos habitantes molestaba al volcán que con gran egoísmo y furia diabólica hizo erupción. El volcán arrojó tanta lava que quemó sembradíos, la agricultura de la ciudad y todo lo que se encontraba en un radio de 100 kilómetros alrededor de la ciudad de Arequipa. (more…)
Voldemort deberia de Hacer Una Cita Con El Dentista
El género de cuentos de terror cortos es uno de los géneros más fácil de entrar cuando eres un escritor nuevo. La popularidad de cuentos de terror a través de las décadas se deriva de estudios de psicología que han determinado que es una forma segura de obtener una descarga de adrenalina sin tener que poner a sí mismo en peligro. Ya sea que el tema del terror es sobrenatural o de origen humano, cuentos de horror tienen algo en común: Ellos nos recuerdan nuestros miedos primarios. (more…)
Había una vez, un pequeño perrito sato, se peleaba con perros grandes en el estacionamiento de un restaurant por mendrugos. Se batía como un karateca de cinta negra golpeando a los grandes con la cabeza, les daba patadas y los remataba con fieros mordiscos. Los perros se alejában despavoridos de aquel lugar. Nos llamo la atención la valentía de este perrito realengo, parecía que defendía con gran celo el lugar donde conseguía sobras para comer; el estacionamiento del restaurante Pollo Tropical.
Pesaba unas diez libras y tenía las patas del frente torcidas como botas de vaquero. Tenia llagas en toda la espalda, como si alguien le hubiese echado agua caliente para alejarlo permanentemente de su vida. Todavía conservaba un collar de pequeña placa, con la información borrosa de donde vivían sus últimos dueños. Una nube azul cubría su ojo izquierdo, solo veía por el ojo derecho. Nos quedamos mirándolo. Él se acercó a nosotros e inclinó la cabeza a la izquierda, y con el único ojo bueno que tenía nos miró. Sentándose sobre sus patas traseras nos dijo; (more…)
Pasos A Seguir Para Escribir Tu Primer Cuentos Infantil
El modelo descrito aquí es la trama piramidal: La pendiente ascendente establece el escenario, los personajes y construye la tensión, la punta de la pirámide es el punto culminante, y la pendiente descendiente es la resolución. Este es el diagrama de como empezar a escribir cuentos infantiles.
Cosas Que Necesitará
Computador
Procesador de Palabras
Su imaginación
Una Impresora
Instrucciones
Elija un punto de vista narrativo. Usted puede escribir su cuento corto infantil como si fuera uno de los personajes (primera persona), como un narrador individual que presenta los pensamientos y observaciones de un personaje (en tercera persona limitada), o como un narrador individual que presenta los pensamientos y observaciones de varios personajes (en tercera persona omnisciente). Una narración desde el punto de vista de la primera persona se refiere al protagonista como “yo” en lugar de “él” o “ella”. (more…)
Don Eduardo Mendez Torres: Un Gran Respeto a la Democracia
Por Carlos F. Gutiérrez
Redacción DE TODO
Mientras muchos lanzan críticas contra el sistema democratico de vida en que viven los puertorriqueños en y fuera de Puerto Rico, don Eduardo Méndez Torres, de nacionalidad peruana con ciudadanía americana, respeta y se encuentra satisfecho de vivir en nuestra Isla hace más de cuarenta años. A los 82 abriles, el ingeniero jubilado y padre de tres hijos; dos ingenieros, uno industrial, ingeniero mecánico y biologo, disfruta de su estadia en la Isla del Encanto. Cuenta con tres nietos.
Pero para graduarse de ingeniero en los Estados Unidos, don Eduardo tuvo que pasar un viacrucis, al salir de polizón en un barco de carga de su propio pais que era dirigido por militares que se aferraban al poder a toda costa.
Con poco dinero en los bolsillos, a corta edad, llegó sin “papeles” o Visa a los puertos de Centro y Sur America en un esfuerzo encaminado para lograr entrar a los Estados Unidos. Fue toda una odisea digna de ser relatada en un libro en la busqueda de un futuro mejor.